¿Puede decir a estas alturas de mandato que la situación económica del Consistorio es mejor ahora que en 2011?
El Ayuntamiento está mucho mejor que hace dos años e inmensamente mejor que hace casi cinco. Como siempre recuerdo, cuando tomamos las riendas en 2008, y no lo digo yo, sino que lo decía la anterior alcaldesa del PSOE, el Consistorio estaba en quiebra. Hemos reducido la deuda, hemos saneado las cuentas y hemos conseguido cerrar el pasado ejercicio con un superávit de 1,2 millones de euros. Y eso ha sido gracias a tomar medidas complicadas, empezando por nosotros mismos: hemos reducido gastos salariales en políticos, suprimido las dietas, eliminado las subvenciones a los partidos, , etc. Todo eso ha servido para dar ejemplo, pero las medidas para conseguir ese milagro económico han sido posibles gracias a los vecinos de Galapagar, que han hecho un gran esfuerzo. Hemos aprobado varios planes de saneamiento y reducción de deuda, algo que se va a concretar en el pleno de este mes con un plan de refinanciación. Todo esto va a permitir que podamos emprender proyectos de inversión que van a generar actividad económica y empleo en los próximos años.
La deuda municipal se llegó a disparar muy por encima de los límites permitidos por la ley. ¿Cuál es la situación actual?
En octubre de 2008 nos encontramos con un endeudamiento de más del 190 por ciento, y en poco más de cuatro cuatro años lo hemos reducido al 130, pero es que cuando termine 2013 vamos a estar por debajo del 110 que marca la ley. La evolución que tenemos prevista a través de los planes de saneamiento es que en 2016 bajaremos incluso del 70 por ciento. Podemos estar satisfechos, porque quiero recordar a los vecinos que hemos tenido que pagar facturas incluso de 1997.
La semana pasada anunció que esa mejoría permitiría bajar algunos impuestos el próximo año. ¿Cómo se van a concretar esas medidas?
La realidad que estamos haciendo bien las cosas, y eso permite adoptar dos actuaciones importantes. Por un lado, bajada de impuestos: en 2014 se va a reducir la tasa de basuras, el IAE y las licencias de actividad y urbanísticas. En este último caso estamos hablando de que el 80 por ciento corresponde a pequeñas obras que hacen los vecinos, desde la reforma del baño a la piscina. Y en 2015 tocaremos a la baja el Impuesto de Vehículos. Pero es que además ese esfuerzo realizado durante estos años va a permitir que el Ayuntamiento pueda realizar una inversión importante en los próximos meses para ese nuevo Galapagar del que venimos hablando y que va a suponer una inyección económica de 4 millones de euros en el próximo año y medio. Eso crea empleo, calculamos que 100 puestos de trabajo directos, más los indirectos.
¿Cuáles son los plazos que se manejan para ese proyecto del Mercado y el antiguo Centro de Salud?
Las obras empezarán este mismo año. Yo calculo que en octubre los vecinos ya podrán ver cómo se inician los trabajos. Ahí se creará la superficie comercial con Mercado y la Casa Consistorial. Espero que en 2014 esté finalizado ese edificio, que permitirá concentrar y centralizar todos los servicios del Ayuntamiento. Eso liberará espacios, se acometerán obras de remodelación y acabaremos teniendo una nueva biblioteca de 1.400 metros cuadrados, un centro para los jóvenes, otro para los mayores, una mejora del parque del Toril y un nuevo centro de las artes en La Pocilla, donde por supuesto se arreglará la calefacción y los problemas de humedades que tenemos actualmente. Y, por cierto, todo esto no le va costar ni un euro a los vecinos: el Ayuntamiento va a adelantar 4 millones, pero a través del canon que van a pagar las empresas calculamos que en el periodo de vigencia de la concesión se va a recuperar con creces esa inversión.
Ha insistido durante los últimos meses en que una de las claves para impulsar el desarrollo de Galapagar pasa por la colaboración con el sector privado. ¿Cómo se traduce esto en la realidad del Ayuntamiento?
Un ejemplo es el proyecto de Los Altos de La Navata, en el que el ayuntamiento colabora con un promotor urbanístico. Son más de 100 millones de euros de inversión, con zonas comerciales y de ocio, deportivas, residencial, vivienda para jóvenes, nuevos parques, dotaciones para un centro educativo… y eso sin poner ni un solo euro el Ayuntamiento ni los vecinos. Se van a crear 3.500 empleos a través de todo el desarrollo. Es una empresa que ha creído en Galapagar, que ha confiado en nosotros, porque ha visto que aquí hablamos en serio. Y eso es el principio, porque seguramente en los próximos meses aparecerán nuevas situaciones como esta y veremos cómo más gente viene a apostar por Galapagar de forma muy importante. Ahora no se puede contar nada más, pero ya lo verán los vecinos. Se están haciendo las cosas bien, con un gobierno honrado, que gestiona y mira al céntimo en qué se emplean los impuestos de los vecinos.
Galapagar ha presentado históricamente un importante déficit de infraestructuras, que en parte se ha corregido con proyectos como el del tanatorio o el nuevo Centro de Salud. ¿Qué queda por hacer?
Hay mucho margen aún. Cada vez que me reúno con los niños y los jóvenes, les pregunto qué quieren ellos para Galapagar, y siempre me dicen lo mismo: un centro de ocio, un espacio donde puedan tomar una hamburguesa con sus amigos, ir al cine o acudir de compras con sus padres… Y por ahí van a ir los tiros, aunque tardará, no va a ser de la noche a la mañana. También me piden más parques, algo en lo que nos pondremos a trabajar los próximos meses.
Otro tema pendiente es del Plan General de Ordenación Urbana. ¿En qué estado se encuentra?
El Plan General está ahí; no lo desechamos ni mucho menos, pero nos estamos dando cuenta que los planes generales al final se eternizan y condicionan mucho el futuro de un municipio. Pretendemos poner orden de inmediato y actualizar las normas urbanísticas. De este modo queremos cambiar la ordenanza de suelo urbano y también la de rústico; luego nos faltaría un plan de infraestructuras, que también acometeremos, y después declarar el resto del suelo rústico con el nombre que le da la vigente Ley del Suelo de 2001, que es el de urbanizable no sectorizado. No hablamos de miles de viviendas, ni de desarrollos futuros, condicionando el crecimiento del municipio para los próximos 25 años cuando a día de hoy no sabemos por dónde va a ir la economía.
Parece que la visión de la oposición es muy distinta: entiende más bien que se trata de una nueva apuesta por el ladrillo...
Lo primero que tiene que hacer la oposición es actuar con responsabilidad. Cuando estamos hablando de tantos puestos de trabajo y de una reactivación de la economía en Galapagar, venir con mensajes trasnochados... allá ellos… Lo que preocupa a los vecinos es el trabajo, y si se van a oponer a esto, se lo tendrán que explicar a los más de 2.500 parados que tenemos actualmente, el 12 por ciento de nuestra población. Que les digan que les parece mal que vengan inversores con proyectos para Galapagar.
¿Cómo afectan al Ayuntamiento os cambios que la Comunidad de Madrid ha introducido en la financiación de las BESCAM?
En Galapagar, y no pretendo ser presuntuoso, como lo hemos hecho bien, prácticamente no nos van a retirar fondos del convenio de las BESCAM. Van a ser unos 5.000 euros al año, nada más, y estamos hablando de cerca de un millón de euros de aportación de la Comunidad de Madrid.
También ha suscitado las críticas de PSOE e Izquierda Unida la aprobación de la gestión indirecta de los Servicios Sociales. ¿Cuál es su valoración?
Respeto todas las opiniones, por supuesto, pero yo me quiero dirigir a los 33.000 vecinos de Galapagar y mandarles un mensaje de tranquilidad y confianza. Que sepan que hay un gobierno que todo lo que dice, lo cumple. Y yo digo que nadie va a notar un detrimento en la prestación de los Servicios Sociales, todo lo contrario. Se va a gastar menos en la gestión para dar más dinero a los que más lo necesitan. Lo demás es palabrería.
Para terminar, ¿cómo afronta esta segunda mitad de legislatura?
La perspectiva es cumplir lo que hemos prometido. Lo primero es que ya tenemos controlada la situación económica del Ayuntamiento y ahora pretendemos que ese esfuerzo que han hecho los vecinos se traduzca en actuaciones concretas. Estamos aquí para trabajar por ellos. El objetivo es dejar el pueblo a quien venga detrás mucho mejor de lo que yo me lo encontré.