El futuro de las pensiones

Mariano Rajoy se ha comprometido con Bruselas a tener lista una reforma de pensiones antes de final de año. ¿Será cierto? En cualquier caso, aquellos que deberían cambiar el sistema siguen sin tener en cuenta factores de largo plazo (ni actúan a corto). Cualquier economista solvente sabe que la estructura del gasto en pensiones es insostenible ya que no hay fondos para pagar a los actuales pensionistas ni es previsible que los haya en el futuro (el nivel de ingresos no se parecerá al que había durante los años dorados de la burbuja inmobiliaria) y porque a partir de 2020-2025 se jubilarán las generaciones más numerosas habidas en la España reciente (los nacidos entre 1955 y 1975), que habrán cotizado menos años y en entornos precarios (debido a la larga depresión en la que estamos inmersos). Y como el Gobierno no se atreve por la cobardía de sus dirigentes a hacer lo que le sugiere la troika, temerosos ellos de ser castigados por un colectivo numerosos (nueve millones de pensionistas), que acude a las urnas (a diferencia de los jóvenes) y que acostumbra a votar a los partidos mayoritarios, pues el país se podría convertir en un polvorín si se tocan los ingresos de los que tapan agujeros de hijos parados/divorciados/desahuciados de sus casas, pues así nos luce el pelo. Y mucho me temo que así seguirá la cosa, mientras no se obligue a Rajoy a pedir un rescate.

Finalmente quiero añadir que algunos expertos apuntan a otros factores que contribuyen a la sostenibilidad de las pensiones: la elevada esperanza de vida. Pero eso no será un ‘problema’ cuando la gente viva menos como consecuencia del deterioro de la Sanidad pública.