David Gordo rehace su carrera con un Villalba a ritmo de récord

El 4 de mayo de 2009, la prometedora carrera como entrenador de David Gordo sufrió un revés casi sin precedentes en el fútbol madrileño, al ser destituido en el Leganés cuando el equipo estaba a punto de sellar su pase a los play-off de ascenso a Segunda División. Quedaba un partido y el objetivo estaba hecho, pero dos varapalos consecutivos ante el Alcorcón y el Mérida desembocaron en un despido todavía hoy envuelto en un halo de misterio. Ya con Luis Ángel Duque en el banquillo, el Leganés encajó una humillación ante el Real Jaén (5-0 en La Victoria) y dijo adiós al ascenso, mientras Gordo, sin saberlo entonces, sentaba las bases de un lento pero seguro regreso al primer plano del fútbol madrileño. Empezó por recuperar sensaciones entrenando un juvenil del Atlético Pinto, y siguió por aceptar el reto del CUC Villalba. “No me importa entrenar en Preferente, porque tienen un proyecto muy atractivo”, dijo en junio de 2011 en su aterrizaje en la Sierra. Hoy, con el equipo sexto a dos puntos del play-off a Segunda B, está en disposición de firmar la mejor vuelta de la historia del club en Tercera División.

El mejor promedio de puntos
Tras su victoria por 0-2 en Griñón, el CUC Villalba ha logrado 13 puntos de los últimos 15 y suma un total de 23. Dispone de tres partidos hasta final de año para superar los 27 que consiguió con Javier de Lucas en el banquillo, en la temporada 2006/2007. El promedio actual de puntos por partido, 1,533, indica que este CUC Villalba puede hacerlo, porque aquel de equipo de De Lucas acabó marcando 1,22 (49 puntos en 40 partidos). Los datos no distraen al equipo de su objetivo, la permanencia. Tampoco a Gordo, cuya cautela ha sido famosa en todos los equipos a los que ha entrenado. Pero ya hay quien admite que es difícil hablar sólo de permanencia. “Lo primero es atar la salvación cuanto antes y luego tener partidos para intentar mejorar”, decía el goleador Álvaro esta semana.

Un técnico artesanal
El caso de David Gordo no es muy corriente. Al margen de ser profesor de entrenadores y preparador físico (él mismo llevó ese apartado en Preferente), es uno de los pocos técnicos que atienden ofertas sin imponer fichajes de su cuerda. Al llegar al CUC Villalba, sólo sugirió el fichaje del joven central de Vallecas Rubén Muñoz, un chico entonces todavía por pulir, y que este año ha estado a punto de saltar a Segunda B con el Fuenlabrada. Un descubrimiento. Lo demás, todo consenso con el director deportivo, Nacho Benito, que confirma que “David no impone, se adapta a las condiciones. Es un entrenador abierto y trabaja con lo que haya. Hemos tenido un presupuesto reducido, pero al final estamos muy satisfechos con la plantilla que se ha hecho”. Con una media de edad por debajo de los 25 años, el grupo tiene un enorme margen de progresión, siempre que el club capee el temporal económico. En unos días se pagarán los atrasos para no romper la dinámica ganadora.