Final esperado

La noticia estaba cantada. En estas mismas páginas comentamos que era el recurso del pataleo. Pues bien, el utópico sueño del empresario Tomás Entero y sus socios de viaje por hacerse con el timón de Las Ventas ha terminado. Su recurso ni siquiera ha sido admitido a trámite. Ni unas declaraciones, ni una palabra. Callado habrá pensado que se está mejor y le reporta más que cargar armas contra la Comunidad y Taurodelta. Tampoco es cuestión ahora de hacer leña de un árbol caído.

Al final, las cosas están donde tienen que estar, cada uno en su sitio.

No soplan vientos favorables para el empresario serrano. La excusa de la crisis de poco vale. Su crédito ha bajado y las plazas que le quedan se cuentan con los dedos de una mano, y sobran. Al amparo de su fiel San Román continúa gestionando Navalcarnero y fijo que Valdemorillo. En Pozuelo, medio malvive agarrándose como puede y su amiga Marisol Casado le mantiene en Alpedrete. Salió como gato escaldado en Vitoria y por la puerta trasera en Collado Villalba, como le sucedió en Guadarrama hace años. No sabemos dónde pondrá sus miras en el futuro. Pero, con todo, hay que ser objetivo. Este año ha aterrizado en la Sierra cierta empresa de nuevo cuño que, a este paso, va a hacer bueno a Entero. No hablamos de aquellos municipios donde gestionan los Ayuntamientos, caso de Villalba, Moralzarzal o Guadarrama. Nada que ver, pero sí en otros lugares. Lo dejamos en cuarentena, aunque la morralla ha sido grande.