Hay tiempo para todo
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Los acontecimientos se suceden con tal aglomeración que es bueno distanciarse un poco de boom informativo, reflexionar y decidir las pulsaciones en el teclado a un ritmo diferente. No tanto andarse por las ramas como alejarse y contemplar el paisaje en su composición más genuina.
Puede que la distancia obvie ciertos detalles, pero es conveniente, de vez en cuando, distanciarse para enfocar con la mejor perspectiva cuanto acontece en nuestro entorno. Es difícil, porque nadie puede abarcarlo todo, pero sí elegir la actitud para filtrar y seguir el ritmo de la existencia según la situación que a cada cual nos ha deparado. La vida cambia a un ritmo trepidante y sin embargo no siempre lo percibimos. Nuestra capacidad de comunicación nos enriquece en la medida que tenemos claros metas y objetivos. Ni todo ni nada nos importa, Es algo así como separar la paja del trigo, aventar la información para elegir la verdad y transmitirla fidedignamente. Otra cosa es saber perder y ganar el tiempo de ocio sin dejarse avasallar por una ociosidad ramplona. Escoger, decidir, actuar. Trabajo y tiempo libre suelen ir de la mano a la hora de saber dedicarse a lo que nos ocupa: “Todo tiene su tiempo y todo cuanto se hace bajo el sol tiene su hora. Hay tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de herir y tiempo de curar; tiempo de destruir y tiempo de edificar; tiempo de llorar y tiempo de reir; tiempo de lamentarse y tiempo de danzar; tiempo de esparcir piedras y tiempo de amontonarlas; tiempo de abrazarse y tiempo de separarse; tiempo de guerra y tiempo de paz; tiempo de leer y reflexionar; tiempo de escribir claro sobre el blanco de una pequeña pantalla; tiempo de compartir la vida con los amigos.