El Expediente de Regulación de Empleo en el Ayuntamiento de Collado Villalba: doloroso, pero inevitable
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
No es plato de buen gusto tener que adoptar una medida como un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), pero la situación de las arcas municipales ha hecho que ésta sea la única salida posible que ha encontrado el alcalde de Collado Villalba, Agustín Juárez (PP). Lo contrario, tal como ya hemos señalado desde El Faro del Guadarrama en reiteradas ocasiones, conducía al Ayuntamiento a un callejón sin salida. Es, simple y llanamente, la herencia que ha dejado el anterior Gobierno del PSOE, liderado por un José Pablo González que actuó como si el Ayuntamiento fuese su cortijo, con el consentimiento y hasta el aplauso de sus compañeros de partido, los mismos que ahora se permiten el lujo de cuestionar las actuaciones del actual Ejecutivo cuando durante tiempo permitieron el despilfarro más absoluto, jaleando a su aún secretario general incluso cuando lo más lógico hubiese sido exigir su inmediata dimisión, como ocurrió con el escándalo de las fotos de Andorra. Por eso resulta igualmente escandaloso ver ahora cómo UGT enarbola la bandera de la defensa de los trabajadores, cuando durante la etapa socialista este sindicato guardó un silencio cómplice ante los despropósitos cometidos por sus colegas.
De aquellos polvos vienen estos lodos, titulábamos hace unas semanas, y ése es la frase que mejor resume las causas y consecuencias de la actual situación en el Ayuntamiento. 12 años de gobiernos socialistas han creado una plantilla sobredimensionada y engordada artificialmente, hasta llegar casi a 600 personas, sin que ese incremento se ajustase a las necesidades de una población que, por contra, se encontraba con que problemas como los de seguridad o limpieza no se atajaban, sino que iban en aumento. Ahora, como señaló esta semana en rueda de prensa el alcalde de Collado Villalba, Agustín Juárez, es el momento de cambiar el rumbo, algo que sólo puede pasar por una política de contención del gasto y por soluciones imaginativas que fomenten la iniciativa privada y permitan que el Consistorio pueda acceder a nuevas fuentes de ingresos.
El expediente de regulación de empleo es doloroso, pero también inevitables en unas circunstancias como las actuales. Lo fácil ahora es culpar a quien ha de ejecutar esta medida, pero lo cierto es que los responsables de que en Collado Villalba se haya llegado a este punto son los mismos a los que los ciudadanos castigaron con dureza en las elecciones municipales del pasado 22 de mayo, algunos de ellos todavía en las filas de la oposición sin haber hecho aún el más mínimo ejercicio de autocrítica.