Tormenta política en San Lorenzo tras hacerse públicas las declaraciones del concejal de AME

Por si acaso, su propio portavoz, Carlos Zarco, se ha encargado de dejarlo claro a través de unas declaraciones en una tertulia de la página web Hispaniainfo.es. Se trata, explicó, de una suerte de operación de maquillaje con el fin de llegar a un mayor número de ciudadanos, objetivo que logró en las elecciones del pasado 22 de mayo, al obtener un concejal gracias al voto de casi 500 vecinos. De este cambalache deberá dar cuenta a quienes depositaron su confianza en su grupo sin saber, como él mismo señala, que está integrado por falangistas en un 90 por ciento. Pero es a partir de este punto cuando se suceden las afirmaciones de pésimo gusto y nulo talante democrático, cebándose con los concejales del PP y el PSOE de las últimas legislaturas. Libra de la quema a los actuales ediles socialistas, de los que se vanagloria de haberse aprovechado en una alianza de intereses que denota las intenciones de uno y la relativa ingenuidad de los otros. Y decimos “relativa” porque estaba clara la procedencia de AME, por mucho que los integrantes de su candidatura tratasen de vender una marca electoral más amable y sin el conocido emblema del yugo y las flechas. Por eso resulta chocante que el PSOE, bajo la dirección de Francisco de Gregorio -elegido en su momento secretario general no sin polémica-, accediese sin más a reunirse en su sede con quien, en un momento de la tertulia, alardea de habérselo pasado genial pegando a los rojos. En un comunicado remitido en la mañana de ayer, los socialistas justificaban estos encuentros como muestra de la “pluralidad” de su partido. Negaban además la existencia de ningún tipo de pacto preelectoral, aunque en este caso los interrogantes son aún mayores: ¿De qué tenía que hablar el PSOE, en su propia sede, con AME-Falange? Si aún no se habían celebrado las elecciones y no había posibilidad de acuerdo, ¿qué intereses les llevaban a mantener los citados encuentros? Así las cosas, el PP ha mostrado su indignación por las afirmaciones de Carlos Zarco, repulsa a la que luego se han sumado los socialistas, aunque equivocándose, una vez más, en su diagnóstico, acusando al Partido Popular de utilizar el tema de forma partidista para desprestigiar a la oposición, como si la oposición (primero en el caso de AME y, después, a través de la reacción socialista) no se desprestigiase lo suficiente por sí sola. Un asunto así hubiese demandado una condena y rechazo sin matices, obviando al PP, que antes de hacer pública esta situación prefirió llevarla a pleno, órgano de representación de todos los vecinos. Lo contrario, como ha ocurrido, demuestra la necesidad de abrir un intenso periodo de reflexión para aclarar dónde quiere situarse cada uno en esta historia.