Alcaldes y calles en el pleno de San lorenzo

En una situación como la actual, encontrarse con un espectáculo como el que se vivió el martes en el pleno de San Lorenzo de El Escorial es poco menos que bochornoso. ¿De verdad no hay propuestas más importantes para el debate que dar a las calles el nombre de uno, diez o cien alcaldes? Cuando los ciudadanos hablan de la indiferencia, la decepción y el rechazo que les provoca la clase política no sólo es por los mediáticos casos de corrupción, sino porque en más de una ocasión parecen ajenos a los problemas del día a día. Esto, que es un hecho a nivel nacional, también lo es en el ámbito local cuando el grueso de la sesión plenaria se lo lleva un tema tan alejado de las necesidades de los vecinos como es éste. Ya puestos a perder el tiempo, lo suyo es que propuestas de este tipo se consensúen, dejando a un lado enfrentamientos inútiles y evitando declaraciones demagógicas que únicamente buscan el titular fácil. Porque tan alcaldes son unos como otros, sean o no de las siglas políticas del interesado. Y porque utilizar el tema para dividir no tiene ningún sentido, traspasando la frontera del ridículo para alcanzar la de un frentismo maniqueo que no conduce a ningún lado. Dicho esto, lo ideal sería emplear el tiempo en asuntos que de verdad importasen a los sanlorentinos.