Confusión y malestar en la reapertura del tráfico tras las obras de mejora en el casco urbano
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Las soluciones al recién restaurado trafico por la vía principal de Valdemorillo parecen no contentar a casi nadie. A falta de una asociación gremial de hosteleros y comerciantes que articule una postura común, unos se muestran partidarios de la peatonalización completa y otros, todo lo contrario. En general, critican la improvisación y la oportunidad de las obras, su fecha de ejecución, en tanto aseguran perdidas de entre el 30 y el 70 por ciento de facturación en este último año. Algunos hosteleros, una vez demostrado que los clientes acuden cuando los coches se van, ven en la peatonalización del casco urbano la salvación a sus maltrechos negocios.
De momento, el Ayuntamiento ha organizado el tráfico en una sola dirección y los autobuses de línea no pasarán sábados y domingos. También, tal y como informa el Consistorio, se ha restringido la presencia de vehículos pesados en la travesía principal, prohibiéndose el acceso a camiones de más de cinco toneladas. Para el Ejecutivo, tras una semana de apertura al tráfico, “conductores y peatones comienzan a habituarse a las nuevas medidas adoptadas”, que, en su opinión, “suponen una mejora para los usuarios a la hora de acercarse a efectuar compras y disfrutar de la oferta hostelera local”.
En este sentido, creen que el casco histórico “se ha recuperado como espacio más grato para el paseo, gracias al importante proyecto de embellecimiento y reforma ejecutado con cargo al PRISMA, por un importe superior a los 3 millones de euros”. El Ayuntamiento que preside Pilar López Partida (PP) asegura que las medidas adoptadas tienen el objetivo de “descongestionar el trafico”, si bien se ha tenido en cuenta el criterio del Consorcio de Transportes de Madrid y el “intento de dar satisfacción a todos los vecinos”, conjugando “los logros alcanzados a través de esta actuación con la necesidad de facilitar el tránsito a los conductores, e impulsando también el papel del peatón”.
Un caos
Para Carmen Villanueva, portavoz de PIVALDE, único partido de la oposición que se ha manifestado al respecto, el resultado de las obras es “un auténtico caos debido a la imprevisión del Equipo de Gobierno. Como no se tiene claro el uso final porque a estas alturas, no se sabe si se va a peatonalizar o se va a abrir al tráfico, no se han previsto lugares para aparcar. Tampoco se ha diseñado una ruta alternativa eficiente en caso de peatonalización y, sobre todo, no se ha contado ni consultado con los hosteleros, comerciantes y vecinos afectados, ni se les ha preguntado sobre las incidencias de la obra en sus modos de vida y en sus negocios”.
En este sentido, PIVALDE asegura haber efectuado un sondeo entre los comercios de diversas actividades que se han visto afectados por la obra y el resultado es, según la edil, “desalentador”. “Hay un comercio cuyas ventas han descendido un 70 por ciento, dos empresarios de hostelería se han visto obligados a traspasar sus negocios, otros han descendido sus ventas un 40 por ciento y los en supermercados afectados la bajada ha sido de entre el 30 y el 40 por ciento, y esto no es solo por la crisis, sino por la improvisación, imprevisión y falta de dialogo de la alcaldesa”.
Respecto a la peatonalización o no de la almendra central, para Villanueva resulta “alucinante que después de llevar adelante las obras, en el último pleno la regidora nos pida opinión sobre qué se va a hacer con las nuevas infraestructuras”, y se pregunta “en base a qué criterios o estudios se ha llevado adelante una obra que ha cambiado la configuración urbana de Valdemorillo”. La edil independiente es clara al respecto: “Aquí ha llegado la Comunidad de Madrid, ha propuesto un proyecto y nadie de los servicios técnicos municipales ha adaptado la propuesta a las necesidades de Valdemorillo, y mucho menos se ha hecho un seguimiento adecuado de las obras, tal y como todo el pueblo ha podido comprobar”.
La apuesta de PIVALDE
Para Carmen Villanueva (PIVALDE), “el resultado es el que vemos: no hay aparcamientos, se están cambiando todas las señales deprisa y corriendo, no caben los autobuses y nadie sabe si se va a peatonalizar o no, cuándo y por qué. Hemos tenido un año cortado el tráfico arruinando a los comercios y ahora no se sabe para qué. Nosotros apostamos por la peatonalización parcial, por ejemplo el sábado y domingo a partir de las 12.30 y hasta la noche. Para hacer esto habría que haber previsto otras actuaciones que no se han hecho, como habilitar aparcamientos y vías de conexión alternativas claras y eficientes, y sobre todo recurrir a expertos en movilidad para que no pasara lo que esta pasando”.
Lo cierto es que, mientras los hosteleros muestran su malestar por un corte de trafico que les ha perjudicado muy directamente, “la gente de urbanizaciones ha dejado de venir al pueblo y ahora va a costar mucho recuperarlos”, dice un comerciante afectado. No pocos vecinos de la zona añoran los días de peatonalización donde se podía pasear sin el peligro constante de los coches. Alguno se muestra especialmente crítico con la contaminación acústica: “El paso de los autobuses ya era molesto con el asfalto, pero con el adoquinado el ruido es insoportable”, dice un vecino directamente afectado que apuesta por cerrar el centro al tráfico, al menos los fines de semana.