El mismo domingo pude ver en Collado Villalba cómo muchos fumadores se quedaban en la parte exterior de los bares para así poder fumarse el cigarrito mientras tomaban su cerveza, y cómo echaban humo algunas terrazas de los establecimientos ubicados en los bajos de la plaza de toros de Moralzarzal. Y es que los fumadores ya tienen asumida su condición de ‘desterrados’ de cualquier lugar público y cerrado. Con abrigos, guantes y bufandas, hasta los más frioleros aceptan con resignación ocupar mesa en las terrazas de bares, cafeterías y demás establecimientos de hostelería. Esta nueva moda está haciendo que que los fabricantes de estufas de exteriores y de carpas de plástico se empiecen a frotar las manos ante el más que posible incremento de su negocio.
En cuanto a los perjuicios económicos que esta ley puede ocasionar al sector hostelero de nuestra comarca, hay opiniones para todos los gustos. Por un lado, algunos bares se quejan de que han dejado de vender menos cafés, “porque un café sin poder fumar un cigarrito no sabe igual”; sin embargo otros nos han asegurado que en estos días no han detectado la pérdida de sus clientes habituales. “Aquí -me comentaba el propietario de un bar de San Lorenzo de El Escorial, próximo a la plaza de la Constitución- ha venido la misma gente de siempre. El personal se acostumbrará a no fumar y todo seguirá igual. Somos animales de costumbres”.
Así pues, al contrario de lo que se podía esperar debido a la polémica generada por esta controvertida normativa, la tranquilidad ha sido la nota dominante durante esta semana en la mayoría de los establecimientos serranos que, además, se han visto favorecidos por la ausencia de ‘malos humos’.
Polémica en Torrelodones por el contrato de limpieza
Los votos del Ejecutivo de Torrelodones en la sesión plenaria celebrada la semana pasada, rechazando la moción presentada por Vecinos por Torrelodones, no ha servido para cerrar la polémica generada por la adjudicación del contrato de limpieza y recogida de basura a la empresa Urbaser, donde se pedía el cese de José Luis Llorente, concejal de Medio Ambiente, del cargo que viene desempeñando, así como la entrega de su acta de edil, por considerar que había sido el protagonista en este concurso donde, pese a haber pertenecido durante años a la plantilla de la adjudicataria, pidió la excedencia en 2007 para poder ejercer este cargo público, excedencia a la que según ha podido saber este periódico renunció hace pocos meses.
Aunque según el dictamen del secretario municipal técnicamente el concejal no era incompatible para intervenir directamente en este concurso, al menos, y dadas sus conocidas vinculaciones con Urbaser, lo lógico es que se hubiese abstenido a la hora de votar dicha adjudicación, algo que no sucedió pese a que su voto no era imprescindible, porque en caso de empate el voto de calidad del alcalde inclinaría la balanza a favor de la única litigante. No obstante, aquí también se puede recordar la vieja expresión de que “la mujer del César no basta con que sea honesta, sino que también tiene que parecerlo”.
Pero al margen de esta polémica que la oposición torrelodonense ha intentado utilizar como mejor ha podido para deteriorar en lo posible la imagen del Ejecutivo presidido por Carlos Galbeño, los vecinos de este municipio se muestran bastante preocupados ante el comienzo de las obras de remodelación de la avenida de la Dehesa, pues éstas afectarán directamente a aquellas personas que acuden a diario al polideportivo y a los escolares que cursan sus estudios en el instituto y en los dos colegios próximos al mismo. Supongo que habrá motivos para no esperar a realizar estas obras durante los meses de verano, porque si alguien ha pensado que con el hecho de ponerla en marcha cinco meses antes de los próximos comicios pueden obtener algún beneficio electoral, se han equivocado totalmente, al no cuantificar los efectos ocasionados por las molestias.
Casi 10.000 parados más en la Comunidad de Madrid
Aunque el desempleo a nivel nacional ha bajado el pasado mes de diciembre en 10.225 personas, en nuestra Comunidad, según los datos facilitados por el Ministerio de Trabajo e Inmigración, ha subido en 2010 en casi 10.000 (9.999 concretamente), lo que nos lleva a pensar que el número de parados en nuestra comarca también habrá aumentado. Aún así, el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, una vez conocidos estos datos, ha manifestado que “hay una tendencia de crecimiento, pequeño, pero crecimiento, que parece consolidarse en nuestra región”. Y para ello se ha basado en el hecho de que en lo últimos tres trimestres, se ha producido un crecimiento del empleo (algo más de 7.100 personas en diciembre), mientras UGT Madrid denunciaba los problemas estructurales del mercado de trabajo madrileño, entre ellos la alta tasa de temporalidad, que llega ya al 85 por ciento, y un peor comportamiento en el desempleo en mujeres e inmigrantes. Al respecto se puede decir que en algunos municipios de esta comarca se aprecia un ligero descenso de inmigrantes que, ante las dificultades encontradas para obtener un empleo, han optado por marcharse en busca de mejor suerte laboral en otras provincias o se han ido a otros países europeos donde la crisis no parecer ser tan acuciante, según se desprende del número de viviendas ocupadas hasta ahora por familias inmigrantes y que se han quedado vacías en el último trimestre, sobre todo en localidades como Collado Villalba y Galapagar.