Responsabilidad ante una fecha muy delicada
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
El comunicado hecho público ayer por parte del Foro por la Memoria reclamando la “voladura controlada” de la cruz del Valle de los Caídos podría ser entendido dentro de la escalada dialéctica que está provocando el debate sobre el cierre de la Basílica, y en este sentido cabría hablar de una exageración casi caricaturesca, puesto que en ningún caso las soluciones han de llegar por esa vía, sino por la del diálogo y el consenso político y social, todo ello sin olvidar el papel que juega la comunidad benedictina. Por eso, hablar de la desacralización también parece fuera de contexto, además de contribuir a echar más leña a un fuego que ya está bastante atizado por las decisiones arbitrarias y poco justificadas por parte del Gobierno central, desde el desmontaje del grupo escultórico de La Piedad al cierre al culto de la Basílica, algo que no ha hecho más que incrementar el número de personas que han acudido hasta el Valle para expresar su protesta: primero no fueron más de 30, luego unas 200, el pasado domingo llegaron a 3.000 y puede que este día 21 sean aún más. ¿De verdad era necesario despertar un tema que permanecía dormido? Pero estas declaraciones adquieren además un significado especialmente relevante cuando se han realizado en vísperas del 20-N, una fecha que en los últimos años parecía haber caído en el olvido y que ahora vuelve a cobrar un peligroso protagonismo. Por eso la Delegación del Gobierno habrá de permanecer vigilante para evitar cualquier tipo de incidentes. Y cabe pedir igualmente responsabilidad y también una reflexión acerca de si éste era el mejor momento para plantear una solución extrema a un asunto que merece ser abordado en otros foros y con un ambiente lo más alejado posible de la crispación.