Entre los diez ayuntamientos de la Comunidad de Madrid que el próximo año no podrán recurrir a los manidos créditos para salvar, aunque sólo sea provisionalmente, su actual situación de bancarrota económica, hay tres que pertenecen a la Sierra del Guadarrama: Collado Villalba, Galapagar y El Escorial.
Lamentablemente, debo aclarar que cada día resulta más normal oír hablar de las deudas contraídas por las tesorerías municipales, acrecentada sobre todo tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, de ahí que de los más de 8.000 ayuntamientos que hay en España, un total de 5.137 mantengan a día de hoy algún tipo de deuda financiera.
Pero volviendo a nuestra comarca y concretamente a los tres consistorios a los que el Ministerio de Economía les ha puesto la cruz de cara al año 2011, hemos de decir que el volumen total de su deuda reconocida al 31 de diciembre de 2009, asciende a casi 80 millones de euros (Collado Villalba, 39.191.000; Galapagar, 26.277.000 y El Escorial, 11.049.000), lo que traducido a pesetas estaría rondando los 14.000 millones, cifra más que respetable, sobre todo si tenemos en cuenta que el censo total de estos municipios no llega siquiera a los 100.000 habitantes.
Lógicamente los responsables políticos de estos ayuntamientos, y más cuando estamos a la vuelta de la esquina de una nueva convocatoria electoral, buscarán las pertinentes excusas para al menos intentar justificar el por qué de esta situación. Así, el alcalde de La Villa escurialense, Antonio Vicente, lo tiene bastante más fácil que los otros dos regidores, porque cuando él llegó a la Alcaldía, es decir en junio de 2007, la tesorería local ya estaba bajo mínimos. También el regidor galapagueño, Daniel Pérez, puede tirar balones fuera, porque a fin de cuentas él sólo lleva dos años al frente de este Consistorio y cuando tomó las riendas, vía moción de censura, su antecesora en el cargo, la socialista Carmen Toledano, ya había reconocido que las arcas municipales estaban quebradas. Es más, el actual Ejecutivo ha logrado reducir, aunque mínimamente, el saldo negativo. Pero el que no tiene justificación alguna es el burgomaestre socialista de Collado Villalba, que en 1999 recibió un Consistorio con la cuenta de resultados en positivo y en donde ahora, tras sus 11 años de gobierno, los números rojos alcanzan ya los 40 millones de euros. Y lo peor es que esta cifra corresponde a diciembre del año pasado y es posible que se haya incrementado bastante en los últimos 12 meses
Al ayuntamiento de Colmenarejo se le ha parado el relojLos vecinos de Colmenarejo volvieron a ver cómo el reloj del Ayuntamiento volvía a estar parado, algo que en los últimos años suele ocurrir con bastante frecuencia, según publica la página web de Colmenarejo.net. Pronto comprobaron que esto se debía a que el cristal exterior estaba roto, posiblemente a consecuencia del impacto de algún objeto contra la esfera del mismo. Los más detallistas incluso afirman que en la parte superior del reloj se puede apreciar con cierta nitidez las secuelas de la clara-yema de un huevo, así como restos de cáscaras en su interior. Desde luego, en la fotografía que les mostramos del accidentado reloj (publicada inicialmente en
www.colmenarejo.net) no se aprecian estos detalles, pero de una u otra forma todos los indicios de este accidente apuntan a una gamberrada o acción incívica de las que por desgracia abundan cada día más en nuestro entorno. Esperemos que el hecho de que el Ayuntamiento de Colmenarejo tenga accidentalmente el reloj parado no invite a la desidia por parte de los integrantes del tripartito, cuyas relaciones, al parecer, no son las mejores desde que gobiernan en coalición este municipio.
Más polémica en torno al futuro del Valle de los CaídosDespués del lío provocado por el cierre de la Basílica y las misas campestres oficiadas por los benedictinos, este monumento histórico vuelve a protagonizar la actualidad serrana tras la convocatoria a una concentración, mañana sábado, promovida por el Foro de la Memoria de la Comunidad de Madrid y el Foro Social de la Sierra. Según la nota difundida por la Agencia EFE, estas dos entidades piden la desaparición de la cruz del Valle de los Caídos porque “de ninguna forma se puede consentir que se siga alzando hacia el cielo ese símbolo de muerte y venganza”, proponiendo por tanto su “voladura controlada” como culminación de “un gran acto público nacional de desagravio a las víctimas del franquismo”. También los convocantes proponen que la Basílica sea desacralizada, que los monjes benedictinos, más o menos, se vayan al paro, como si con cinco millones de españoles desempleados no tuviéramos bastante, y que los restos de Franco y José Antonio sean exhumados y entregados a sus familias.
Y a los promotores de este idea no se les ocurre mejor idea que convocar esta concentración, nada más y nada menos, que el 20-N, una fecha bastante polémica como todos sabemos y que, cuando afortunadamente parecía haber perdido sus peculiares connotaciones, ahora podría volver a recobrar el protagonismo de antaño.