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URBANISMO (I) La remodelación de Honorio Lozano, a examen

Las arcas municipales estarán hipotecadas 40 años por una obra cara e innecesaria

Las obras del túnel-parking terminaron con un año y medio de retraso
Las obras del túnel-parking terminaron con un año y medio de retraso
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Atrás había quedado ya la oposición de PP, IU y ADEI a la realización de esta obra de remodelación de las calles de Honorio Lozano-Batalla de Bailén, con túnel y parking incluidos; las manifestaciones vecinales; los pronunciamientos populares de más de 4.000 vecinos que a través de un breve manifiesto reclamaban al Ayuntamiento un referéndum antes de que el Ejecutivo presidido por el socialista José Pablo González Durán diese el visto bueno a un proyecto calificado desde el primer momento como sospechoso, caro e innecesario, cuando los villalbinos se vieron sorprendidos al salir de sus casas con las máquinas excavadoras levantando aceras, arrancando árboles y destrozando el asfalto de estas dos calles. Las firmas pidiendo una consulta popular terminaron en la papelera del despacho del alcalde y los árboles plataneros que embellecían y daban sombra al bulevar central de Honorio Lozano-Batalla Bailén fueron desterrados al extrarradio, donde algunos malviven y otros languidecen al estar abandonados a sus propia suerte.

Y todo esto sucedía en el primer trimestre de 2006, a un año de las elecciones municipales donde el regidor, González Durán, pretendía conseguir por tercera vez consecutiva su reelección.

Cronología de un disparate
La obra, con prisas y sin orden ni concierto, iba lentamente avanzando mientras empezaban a surgir los primeros despropósitos. Así, el 2 de junio de 2006, según recogió nuestro periódico, Alberto Sánchez, portavoz de ADEI, preguntó en sesión plenaria “por qué una de las plantas del aparcamiento de la biblioteca municipal no ha sido abierta al público”. La respuesta se la dio el por entonces concejal de Urbanismo, José Antonio Gómez Sierra: “Porque con una es suficiente”. El edil independiente, sin poder disimular su indignación, volvió a preguntar: “¿Quiere decirme que nos vamos a hipotecar durante 40 años para poder disponer de más plazas de aparcamiento y resulta que el de la biblioteca, que está recién inaugurado, se deja semicerrado porque no es necesario?”. Ya por entonces se había cortado al tráfico, por un periodo de seis meses (después sería casi un año), la calle Batalla de Bailén entre la plaza de España y la de la Sierra, desviando la circulación por La Venta, con los consabidos problemas de circulación; un mes más tarde, el 7 de julio, comenzarían las obras en Honorio Lozano, concretamente en el bulevar central, y poco después las máquinas se dejaron ver en la plaza de España. La peor parte de este desbarajuste, al margen de las molestias ocasionadas a los vecinos, recayeron en los comerciantes de la zona, cuyos negocios, sin apenas accesos y cercados por vallas metálicas, notaron de inmediato cómo sus recaudaciones caían en picado mientras el Ejecutivo se limitaba a prometerles subvenciones y ayudas que nunca les llegarían. González Durán realizó por entonces una de las pocas visitas que hizo a esta obra para decir: “Estamos ante la infraestructura más importante de Collado Villalba, y ésta se tenía que haber hecho en el siglo pasado, cuando se reformó Honorio Lozano, porque cualquier reforma en superficie en la que se amplíen viales y aceras tiene que llevar asociada un importante número de plazas de aparcamiento. La obra va al ritmo deseado y los trabajos estarán terminados a mediados de mayo”. Calculó mal, porque estos finalizaron casi un año y medio más tarde (octubre de 2008).
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