La Sierra de Guadarrama tiene el veredicto. Mañana sábado la Bola del Mundo escogerá el campeón de la Vuelta entre el italiano Vincenzo Nibali y el gallego de Xacobeo, Ezequiel Mosquera, siempre que no se produzcan incidentes o sorpresas en las dos etapas llanas que quedaban por disputar al cierre de esta edición con finales en Salamanca y Toledo. Nibali eliminó de la lucha a Joaquín Rodríguez en la contra reloj del miércoles en Peñafiel, aventajándole en más de cuatro minutos, pero no a un espléndido Mosquera, que afrontará la subida a la Bola del Mundo con un retraso de sólo 39 segundos. Ese margen es la garantía de espectáculo para los aficionados serranos, que tomarán las cunetas de los puertos serranos para ver en directo el desenlace. Ni la ausencia de figuras mediáticas frenará a los incondicionales, ávidos por ver la etapa más espectacular jamás diseñada por laVuelta en la Sierra de Madrid. La carrera saldrá de San Martín de Valdeiglesias y entrará en la comarca por Robledo de Chavela, donde afrontará la subida a la Cruz Verde. De ahí al final, las ascensiones al León, por su lado duro de Guadarrama, y Navacerrada, por la vertiente segoviana, harán una primera selección. La traca final empezará en el sprint intermedio de Alpedrete, donde arrancará la subida final a la Bola: 22 kilómetros, los tres finales al 12% de media, con rampas máximas del 21% y firme de hormigón. Un espectáculo superlativo a 2.247 metros de altitud que decidirá el jersey rojo.
Los ecologistas en contra
Los investigadores Eduardo Martínez de Pisón, Santiago de Mora-Figueroa, Juan Luis Arsuaga y Antonio Sáenz de Miera han escrito una carta abierta en la que ven “incompatible” la etapa de la Bola con el proceso de protección de la Sierra de Guadarrama. Esgrimen que “la cumbre de las Guarramillas y sus inmediaciones tienen un significado orográfico, cultural y escénico en la Sierra de primer rango”, por lo que su utilización como meta ciclista estaría contraindicada en cualquier situación, “incluso sin estar en marcha el proceso de protección del Guadarrama”. “Se trata de un área particularmente central, visible, modélica y significativa (...) No es simplemente una rampa empinada para demostraciones deportivas”, aseguran, a la vez que apuntan que hubiera sido mejor fijar el final de etapa en Valdesquí.
La dirección de la Vuelta cuenta con el permiso de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad, con la que ha diseñado un plan conjunto de limpieza del entorno al finalizar la etapa con más de cien operarios.