OPINIÓN
El campo, a tope de toros
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Las dehesas españolas rebosan toros bravos por doquier. La drástica disminución de corridas en las plazas menores se está notando cada vez más. Los ganaderos de élite y los que lidian en las grandes ferias,logran escaparse y siguen vendiendo a buen dinero sus productos. El problema lo tienen esos ganaderos de la zona intermedia, a los que la crisis en las plazas de tercera y portátiles, les ha generado un mal económico de difícil solución. La reducción de vacas de vientre o la desaparición de muchas divisas puede ser la punta del iceberg en el futuro.
Muchos empresarios están reventando el mercado. Están abusando y están pagando corridas de toros a precios irrisorios. Luego se quejarán de la crisis, de que va menos público, el canon o que la subvención municipal ha bajado, pero ellos harán su agosto.
Muchos están pagando por corridas de toros entre 9.000 y 12.000 euros. Estos toros son las colas de las camadas que antes venían valiendo unos 18.000 euros. Hay algunos que compran tres lotes, pagan dos y de paso les regalan uno.
Pero al final lo barato es caro, porque en este negocio en lo último que se debe ahorrar es en el toro. Lo que es más caro luego casi siempre embiste: acaba de concluir San Fermín y ¿qué ha funcionado? Fuente Ymbro, Victoriano del Río, El Pilar... En la Sierra vemos muy poquito de esto.
Luego hay otro mal endémico entre los empresarios. Anunciar en ciertos lugares a las figuras, pero ahorrar comprando una corrida de tres pesetas de esas que decimos que sobran. Al final, el resultado es una decepción porque el toro ha fracasado y el festejo ha sido un asco. Aparece por ahí mucho desecho malo de Domecq que con que lo maten las figuras vale. Este toro barato es como si compras un juguete por cuatro perras y al final acaba rompiéndose al salir. Y siempre quedara el taurino golfo manoseando tópico: “Los empresarios no podemos embestir”. ¡Váyanse al carajo! Falsos y peseteros.