Collado Mediano lidió dos buenas novilladas

El viernes 25, se lidió una novillada de Hermanos González Rodríguez, terciada pero muy astifina. El encierro dio muy buen juego en líneas generales, sacando nobleza, son y casta y donde hay que subrayar al bravo cuarto, que tuvo raza, movilidad y nobleza. Valentín Mingo, “Chechu” y Javier Herrero desperdiciaron una buena oportunidad de triunfar, aunque quizá Herrero fuese quien mejor se justificara, ya que dejó patente las ganas y la honradez.

El sábado 26 le tocó el turno a los novillos de Baltasar Ibán. Un encierro muy desigual, lavadito de carnes, chico y con menguadas cornamentas, pero que sin embargo tuvo grandes virtudes, destacando el bravo primero, que fue premiado con la vuelta al ruedo; el encastado segundo y el buen cuarto, siendo el tercero -por parado- y el sexto -porque no se entregó ni desplazó nunca- los menos potables. De todas formas, en su conjunto el encierro nunca se exprimió como mereció, ya que a todos los novillos se les podía cortar trofeos y los actuantes se entretuvieron en aburrir al público. Marco Antonio Gómez se llevó un gran lote y ni logró cuajar a su primero por muchos pases que le dio por uno y otro pitón ni brilló con su segundo. Pedro Carrero mostró muchas dudas y poca firmeza con el encastado segundo, al que se le regaló de forma absurda una oreja que se negó a pasear y tampoco tuvo las ideas nada frescas con el que hizo quinto.

Por su parte, Francisco Pajares masacró en varas a su primero y puso voluntad con el sexto, al que dejó una gran estocada que fue a la postre lo mejor de su actuación.

El domingo 27 se celebró la ultima novillada con un complicado encierro de Hermanos Pérez Villena donde la vulgaridad de la terna fue la nota predominante del festejo.