Tomás rompe la temporada

La grave cornada de José Tomás ha dejado rota la temporada. Los empresarios que le tenían contratado en sus ferias tienen por delante un gran dilema. En la actualidad, hay grandes toreros, pero José Tomás es insustituible. Nadie concita tanta expectación.

Se va a notar. Cada tarde del torero de Galapagar es un acontecimiento y sólo con su presencia el lleno estaba asegurado. Pero además, cuando su nombre cuelga de los carteles la venta de abonos se dispara, porque nadie quiere perderse la tarde que torea José Tomás. Su ausencia en Bilbao ha roto los esquemas. Más lo van a notar ferias como las de Córdoba y Granada. Los empresarios tienen un problema y las devoluciones de entradas van a ser importantes.

Muchos empresarios se quejaban de los altos emolumentos económicos que percibía José Tomás, pero ahora es cuando se van a dar cuenta, porque sus pérdidas no eran tales y su ausencia sí será un problema para su bolsillo. Con la fuerza del torero y a su amparo se hacían carteles baratos porque estando el de Galapagar se colgaba el cartel de No hay billetes con dos coletudos de medio pelo.

También sale perjudicada la hostelería: José Tomás moviliza muchos aficionados de diversos puntos de la geografía que se dejan mucho dinero. Llenan hoteles, colman restaurantes y todo esto reinvierte en la economía de la ciudad. Muchos aficionados han cancelado sus reservas. Jerez fue una de las primeras ciudades damnificadas.

Hay más toreros: Juli, Morante, Castella, Manzanares... pero José Tomás son tres puntos más y su presencia y su toreo son como una apisonadora.

El diestro se recupera lentamente en su casa de Estepona. Era lógico que no pudiera estar en Madrid. En Las Ventas los que más lo van a echar de menos van a ser los aficionados, porque esta feria es tan grandiosa que la plaza seguirá llena. Si además El Juli y Morante de la Puebla ocupan los dos huecos dejados, el coso seguirá hasta arriba .

Este año el descenso de aficionados a las plazas es mayor que en 2009. La efectos de la devastadora crisis se dejan sentir en los bolsillos. San Isidro es la excepción y logra salvarse. Fuera, el panorama es muy distinto. Por eso José Tomás era clave para la salvación de ferias en plazas de segunda.