EL KIOSCO
Zapatero, un visionario
Por: J. Fontela
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Quienes le conocen dicen que Zapatero está pasando los peores momentos desde que llegó a la Moncloa. El presidente del Gobierno anunció los peores recortes sociales de toda la historia de la democracia, las medidas más antisociales que jamás haya parido un gobierno español.
Y lo ha hecho quien azotaba a los neoliberales de enfrente, quien prometía a todas horas que nunca permitiría que la crisis machacara a los más débiles, a los jubilados, a las mujeres, a las clases medias. Bastó un tirón de orejas de la UE y una llamada del amigo Obama para que todo se desmoronara. El ridículo ha sido descomunal, pero sobre eso ya se ha escrito bastante. Creo que se equivocan los que creen que ZP está hundido por tener que cargar sobre los españoles su mala gestión. Ese visionario que reconoció nada más llegar que no tenía ni puñetera idea de economía está confundido porque, por primera vez, la realidad no concuerda con su discurso. Después de seis años, los hechos tuercen su ficción sobre el estado de las cosas. Siendo de León, el presidente se había instalado permanentemente en Babia, como lo hiciera Alicia en el país de las maravillas. Saltaban los conejos de las chisteras para relatarnos cuentos que siempre acabaron con final feliz, porque la aritmética parlamentaria tiene esas cosas: alianzas de civilizaciones a lo George Lucas, Ministerio de Igualdad, matrimonios homosexuales, economías verdes, yacimientos de empleo... Todo iba bien hasta que cayó sobre su cabeza la hojarasca de la crisis. El miércoles Zapatero se despertó en el Congreso mirándose al espejo, como de costumbre. Entonces le obligaron a cruzarlo para descubrir qué había al otro lado. De ahí nace su cara de espanto. El presidente no necesita unas elecciones, sino un psicólogo.