Pueblo con ideología o exponente del movimiento okupa. Especulación o legítimo interés de los propietarios. Destrucción del patrimonio histórico o fabulaciones. La batalla dialéctica continúa abierta en Navalquejigo, tema del que el foro de El Faro del Guadarrama (
www.elfarodelguadarrama.com) ha sido testigo de excepción en los últimos días y que ahora encuentra un nuevo matiz con la inclusión de la zona dentro del territorio protegido de la Cerca de Felipe II, recientemente declarada como Bien de Interés Cultural por parte de la Comunidad de Madrid.
Desde el siglo XIIIUna historia que se remonta al siglo XIII, cuando se construyó la iglesia, perteneciendo al Real de Manzanares y luego a los Duques del Infantado, con una población que a finales del siglo XVI llegaba a 250 habitantes, el doble que El Escorial, hasta que en 1748 se convirtió en Ayuntamiento. 100 años después pasó a depender de Galapagar, y años después las distintas propiedades fueron compradas por un vecino de Madrid. A finales del siglo XIX vuelve a pertenecer a El Escorial, y a mediados del XX empieza el declive de este enclave, aunque la iglesia se seguía utilizando y en los primeros años 80 aún vivían algunos vecinos.
El debate, en definitiva, estriba en cómo escribir el nombre de este poblado. Sus actuales habitantes, unos 20, lo hacen con k de okupa. La historia remite a Navalquexigo, y la idea de unos y otros pasa por su recuperación para que sea, sin más, Navalquejigo, aunque con el esplendor de antaño y no con el deterioro que sufre desde hace décadas. Para que esto se haga realidad será necesario superar bastantes obstáculos, y el primero de ellos pasa casi de manera inevitable por la vía judicial: el desalojo.
El ex edil del PP y ahora al frente del partido independiente Montearroyo Jorge Badiola no ha dudado en mostrar su satisfacción por la inclusión de este núcleo dentro del citado BIC, y señala que los habitantes de esta zona recibieron el pasado 25 de mayo un requerimiento del juez para que procedieran a abandonar este lugar, al parecer tras una denuncia de alguno de los cuatro propietarios. Algo que no se ha hecho efectivo y que seguramente todavía se demorará bastante tiempo, “a la espera de una orden judicial y de un operativo especial que tendrá que montar la Guardia Civil y la Policía, como ha ocurrido en otras ocupaciones en Madrid y Barcelona”, indica Badiola. A partir de aquí, continúa el ex concejal, la manera de evitar que el poblado se vuelva a ocupar pasaría por derribar las viviendas, algo que ahora es imposible dado el nuevo grado de protección.
Badiola explica que hay tres dueños, a los que habría que añadir un cuarto (el de la iglesia), “y cada uno tiene intereses y sensibilidades diferentes, pero parece que todos están decididos por fin a sacar esto adelante”. A su juicio, esto supondría “reconstruir la zona como un poblado medieval, recuperando los elementos históricos que tienen valor, como la picota o la iglesia”. Se trataría, añade, de “un proyecto único para todo el pueblo”, de modo que las construcciones nuevas que se levantaran siguieran un patrón muy respetuoso con el entorno y con cierta idea de lo que pudo ser un poblado medieval en España.
Poner de acuerdo a los dueños“No creo que sea tan difícil poner de acuerdo a los dueños, lo que pasa es que El Escorial siempre ha dejado de lado esta situación; pasó con el anterior Equipo de Gobierno y está pasando ahora”, añadía Badiola, quien añade que Montearroyo convocará en próximas fechas a los actuales propietarios de Navalquejigo para elaborar un plan definitivo de recuperación y rehabilitación que se lleve a cabo la próxima legislatura.
Planes, en cualquier caso, los ha habido. Quizá el más detallado fue el que presentó en su día el anterior Ejecutivo, con Alfonso Bosch como concejal de Urbanismo. El concejal del PP y también diputado regional recuerda en este sentido que lo que se propuso fue una modificación del Plan Especial de Reforma Interior (PERI), “de cara a unificar la imagen de esa zona”, creando “un prototipo de poblado medieval, con casas homogéneas y materiales respetuosos con el entorno”. Proyecto que quedó paralizado en esta legislatura, ya que el programa del Foro Progresista no pasaba tanto por impulsar una especie de núcleo turístico como por la creación de un centro polivalente de actividades artesanales. De cualquier manera, nada se ha avanzado en los últimos tres años, lo que a juicio de Bosch demuestra la “incapacidad del Ejecutivo en todos los aspectos, y especialmente en materia de urbanismo, donde todavía no han aprobado inicialmente el Plan General”.
Para el edil popular, “el hecho de que no se haya adoptado ninguna medida en relación con el planeamiento conlleva un deterioro cada vez mayor de la zona, con elementos tan importantes como la iglesia”.
Por otra parte, añade Bosch, “hay un problema de titularidad, porque algunos dicen ser propietarios de cosas que tendrían que demostrar. Hay disparidad de criterios, eso es cierto, pero al fin y al cabo estamos hablando de cuatro propietarios, y si no son capaces de ponerles de acuerdo, mal van a sacar adelante un Plan Parcial o un PGOU”.
Una buena noticiaContinuando con los aspectos urbanísticos, la densidad de la que se habló en su día (0,4 por metro cuadrado) parece que sería insuficiente para encontrar rentabilidad a cualquier tipo de actuación, por lo que, según Jorge Badiola, la solución podría pasar por extender el ámbito, aunque todavía deberán darse muchos pasos hasta que esa idea de ver renacer el poblado medieval se haga realidad. Lo que sí es cierto, y en eso coinciden unos y otros, también el actual edil de Medio Ambiente y Desarrollo Local, José Manuel Fernández Fau, es que la declaración de la Cerca de Felipe II como Bien de Interés Cultural, con la inclusión de Navalquejigo -no prevista inicialmente-, es una buena noticia para una zona que, tal y como han denunciado distintos colectivos ecologistas, vecinales y de defensa del patrimonio histórico, sufre desde hace años un notable deterioro.