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Feria de San Isidro: el novillero Alejandro Talavante impacta y Castella volvió a puntuar cortando una oreja

Por ALFREDO FERNÁNDEZ
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Al cierre de la edición aún restaban por celebrar tres importantes corridas de la Feria de San Isidro. La próxima semana, se celebrará en Las Ventas la Feria del 75º Aniversario, con importantes figuras y ganaderías de postín.

La nota más importante de este tramo del ciclo vino el pasado miércoles 24 de mayo, de la mano de un novillero, Alejandro Talavante, quien dejó una gratísima impresión. Si
Continúa en la línea que se le vio en Madrid puede convertirse en una gran figura. Talavante sorprendió a muchos, aunque a nosotros algo menos. Recuerdo ahora su actuación en Guadarrama va a hacer ahora tres años. El concejal de Festejos, Miguel Ángel Conde, tuvo el acierto de anunciarle en la Novillada Concurso de Ganaderías cuando era un completo desconocido. Aquella tarde, el pacense sorprendió gratamente y cuajó de manera soberbia un utrero de Cebada que, como en Madrid, también pinchó.

Y es que este novillero pudo cortar hasta cuatro orejas de una buena novillada de “El Ventorrillo”, pero sus repetidos fallos con la espada se lo impidieron. Se tuvo que conformar con dar una vuelta al ruedo.

La primera faena fue un prodigio en series de hasta siete u ocho muletazos. Puso la plaza del revés. Pinchó y todo al garete. Su segundo fue sosito, pero Alejando metido entre los pitones y con una sutileza en los toques y una colocación poco común levantó una faena sensacional que tuvo su culminación con varias trincheras y trincherillas que hicieron vibrar a la afición venteña.

Impactó Talavante con un corte muy atomasado. Esta novillada fue mansísima en el caballo, pero tuvo buenas virtudes en el último tercio. David Mora trazó dos labores ligadas a sus dos oponentes, pero a su conjunto le faltó expresión, importancia y sobre todo mayor ajuste en los embroques. En el apartado de matadores, quién se llevó una oreja y volvió a dar mucho que hablar es Sebastián Castella, que estoqueó el jueves 25 la floja y deslucida Corrida de la Asociación de la Prensa, con astados de “Valdefresno”. Castella toreó con mucho desmayo y relajo un toro con calidad, para terminar dándose un serio arrimón.

Pero para fracasos en esta feria, el de “El Capea” el viernes 26 con la deslucida y descastada corrida de “Lagunajanda”. Al nene del famoso torero le tocó en suerte un toro con empuje y válido para triunfar en Madrid, pero se empeño en torearle casi desde su finca de Salamanca y el público le increpó. Que “Capeíta” reflexione.

Eduardo Gallo y Uceda Leal se enfrentaron a toros de escasa valía.

El domingo 28, comenzó la “semana del toro” con los pupilos de Dolores Aguirre, que vinieron a revindicar el mal momento de esta divisa. El encierro sacó genio, fue manso de libro y desarrolló sentido. Hubo un par de toros que se dejaron algo más en la muleta y que fueron a manos de Fernando Robleño. Su actuación fue entregada, no los perdió la cara nunca, y si no marra con los aceros hubiera tocado pelo. José Ignacio Ramos, con un mal lote, estuvo muy profesional, y Sergio Martínez pasó de puntillas. El lunes 29 se lidió una imponente corrida de Cuadri que mantuvo el interés. Una corrida para aficionados que aman el toro y la Fiesta y no para taurinillos. Hubo bendita emoción. Nadie se aburrió. Saltó un toro de alta nota, “Choquero”, el quinto de la tarde. López Chaves, que estuvo muy honrado, le dio distancia, a lo que el toro se venía y repetía como una bala. A Chaves le faltó mandó y ligarle más las tandas por bajo. Fue un pedazo de toro, un gran toro. El público le ovacionó justamente.
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