Sociedad según ‘antena 3’, el canal de isabel ii calcula que la defraudación puede ascender a unos 25.000 euros
La Guardia Civil denuncia a una constructora por robo de agua
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Promoción donde, según ‘Antena 3’, se detectó el fraude / Archivo |
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
En el informativo de la noche del pasado viernes que presenta Matías Prats, un equipo de Antena 3 ofreció una amplia información bajo el título “Una operación contra ladrones de agua”, donde los reporteros de este canal de televisión filmaron la intervención de los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) desde el momento de personarse en un edificio en construcción situado en la zona de Prado Manzano de Villalba-Pueblo (junto al parking público), donde comunicaron a un operario que dicha obra había sido denunciada por el Canal de Isabel II por robo de agua. Personal de la empresa pública, acompañados de los agentes del Seprona, pudieron comprobar el sofisticado sistema empleado para engancharse a la red del suministro público, después de localizar una ventosa adherida a uno de los registros situados en las inmediaciones de la glorieta del parque de Peñalba desde la que salía una conducción subterránea de más de 500 metros de longitud que estaba enganchada al cajetín de la citada obra. El Canal de Isabel II, según recogía Antena 3, calcula que el fraude en esta ocasión puede ascender a unos 25.000 euros desde el comienzo de la obra en 2008. La Guardia Civil realizó el pertinente atestado dando posteriormente traslado del mismo al juzgado por tratarse de un presunto delito de Defraudación de Fluidos, sancionable por la Ley de Aguas y así lo recoge el artículo 255, capítulo VI, sobre defraudaciones y delitos de orden socioeconómico. Para los condenados, las multas oscilan entre los 6.000 y los 600.000 euros y las penas de cárcel van de los tres a los 12 meses, siempre que la estafa supere la cuantía de 400 euros, como sucede en este caso.
Aumento de las inspecciones
Por otro lado, según la nota de prensa facilitada por la Guardia Civil el pasado 20 de abril, “la forma más habitual para la defraudación del agua consiste básicamente en hacer una conexión, conocida vulgarmente como pinchazo, a la red general de suministro, sin la correspondiente autorización”. La proliferación de este tipo de acciones en los últimos años ha hecho aconsejable establecer una serie de inspecciones con la colaboración de los organismos implicados en la materia. Los autores de estos hechos ilegales han logrado consumir más de 1.500.000 metros cúbicos de agua depurada y apta para el consumo. Según los técnicos del Canal, con el agua sustraída se podría abastecer durante un año a poblaciones que superan los 20.000 habitantes. En algunos casos, recoge la nota, “ha sido necesario el empleo de medios técnicos para la detección de corrientes de agua procedentes de conexiones ilegales, como el robot geo-radar para medir densidades del terreno, llegándose a localizar conducciones clandestinas de más de dos kilómetros de largo”.
El operativo desarrollado por el Seprona a lo largo de este año ha tenido especial incidencia en zonas residenciales, polígonos industriales y obras de construcción. Según el Canal, de las 281 infracciones detectadas en 2009, 73 corresponden empresas que empleaban el agua en el ejercicio de sus actividades, con las siguientes consecuencias negativas: originan un daño a la conducción de agua original, por lo que ésta debe ser reparada; pérdidas incalculables de agua por fugas, que, en ocasiones, incluso acarrea bolsas de aguas aéreas y subterráneas; y disminución de la presión, con lo que el resto de los usuarios se ven afectados.
Detección del fraude
La unidad del Canal de Isabel II encargada de perseguir la pillería hidráulica es una División de Fraude que investiga los robos de agua que se producen en los 12.500 kilómetros de tubería del Canal y que trabaja conjuntamente con el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil.
“Para extraer agua de nuestras redes”, manifestó a El Faro del Guadarrama un técnico de esta empresa, “los ladrones tienen que tener como mínimo amplios conocimientos de fontanería y de albañilería y saber al ‘dedillo’ las redes. Por eso quien realiza estos trabajos fraudulentos sabe perfectamente dónde están las tuberías y dónde tienen que pinchar, como ha ocurrido en el caso de Collado Villalba. Y normalmente suelen actuar de noche”.
No obstante, como decíamos anteriormente, la empresa suministradora del agua dispone de una moderna tecnología para encontrar tanto una fuga como un pinchazo a varios metros de profundidad.
También, dice nuestro interlocutor, “disponemos de medios para averiguar cuánto tiempo llevan sustrayendo agua las empresas constructoras o promotoras. El Canal solicita a los Ayuntamientos las licencias de construcción para así poder averiguar el tiempo de la obra. Luego existe una fórmula matemática para saber cuánta agua se ha sustraído. En función del diámetro de la tubería, la duración de las obras y con arreglo a las tarifas vigentes, la Dirección Comercial del Canal de Isabel II cuantifica el agua robada y esa es la cantidad que se le reclama a los usurpadores, enviando posteriormente toda esta documentación a la Guardia Civil para que la acompañe con las diligencias llevadas a cabo en cada caso. Posteriormente los miembros de la Benemérita ponen a disposición judicial a las personas responsables de estos delitos”.