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José Manuel Más corta la primera oreja del año en Las Ventas

miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Domingo, 8 de marzo.- Inauguración de la temporada 2009. Novillos de “La Dehesilla” y José Luis Pereda (2º y 3º), desiguales de tipo, cara y volúmenes. El 3º justo de presencia. 4º y 6º los más cuajados. Deslucidos en general por mansos y ásperos. El 6º fue el mejor por repetidor y bueno, y el 1º noble pero rajadito y justo de raza. Arturo Saldívar, silencio y saludos desde el tercio; Abel Valls, silencio en ambos; y José Manuel Más, silencio y oreja.

Se abrió el telón a la temporada 2009 en Madrid. Un año más, los incondicionales se dieron cita en los tendidos de la plaza venteña para saludarse después del largo invierno. Fue tarde de reencuentros.
Un lote desigual
En el ruedo, el festejo no dejó cosas demasiado brillantes. Por chiqueros saltó un encierro de La Dehesilla - José Luis Pereda, que al fin y al cabo viene a ser igual. Mismo encaste y mismos ganaderos.

Un lote muy desigual en presencia, con novillos serios y con edad y otros demasiado agradables por delante. En general tampoco acabaron de romper y, exceptuando primero y sexto, no sirvieron.

La terna pecó un poquito de frialdad. Se notó que estamos a principios de año y que a los novilleros les cuesta coger el pulso a las embestidas de los utreros. Tienen oficio y técnica, pero acusaron, lógicamente, el parón invernal.

Con todo, lo mejor corrió a cargo de José Manuel Más, que cortó la primera oreja del año en Las Ventas. También destacó la firmeza y raza de Arturo Saldívar.

José Manuel Más tuvo la suerte de cara en el sorteo, al encontrarse con el novillo más potable de la tarde y de mejor condición. Le recibió con unos lances a pies juntos donde dibujó dos buenas verónicas y una media muy estética.

Le costó trabajo cogerle el pulso al utrero de Pereda, que se movió con repetición y la transmisión necesaria que requiere esta plaza. En los primeros compases de la faena no se llegó a acoplar del todo y las tandas salían sin mando, con enganchones y a media altura.

Fue mediada la faena cuando el novillero entendió a su oponente, dejando dos series con la mano muy baja, rematando atrás y con media muleta arrastrando por la arena. Aquí Madrid crujió. Esta fue la clave de su labor junto a un final de faena muy garboso y con bonitos remates. Se tiró por arriba el de Navalcarnero, dejando una estocada desprendida que fue suficiente. Se le solicitó la oreja por mayoría.

Ante su primero, un novillo brusco y que embestía a oleadas, compuso una labor con deseos pero un tanto ligera de plantas.

El otro destacado de la función fue el mexicano Arturo Saldívar. Estuvo relajado y valiente ante un primer novillo noble y bonancible que tuvo el motor muy justo. Le toreó con temple y desmayo, dejando buenas series. Pecó algo de frío, pero era el primer novillo y se notó que el público no estaba metido en la tarde. Lo emborronó con un feo pinchazo y una estocada que tardó en caer.

Con el cuarto, Saldívar mostró mucha raza, firmeza y ganas de ser. Fue ante un novillo muy bronco y deslucido, con el que el joven azteca dejó patente su valor. Mató de una buena estocada.

Abel Valls pasó de puntillas por Las Ventas. No se acopló a ninguno de sus novillos en dos labores largas en las que abusó de un toreo periférico y encimista. En su segundo se puso muy pesado y el público le pitó.
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