Las apariciones, otra vez

Hace casi 30 años que empezó a hablarse de Amparo Cuevas y las apariciones de El Escorial, tema que en buena medida ha condicionado parte de la vida en esta localidad, aunque con el paso del tiempo haya ido disminuyendo el número de personas que se acerca a Prado Nuevo los primeros sábados de mes. Esta vez, sin embargo, la noticia hay que buscarla en el juzgado, puesto que una sentencia ha dictaminado, tras la querella presentada por la Asociación de Víctimas de las Supuestas Apariciones, que no hay indicios de estafa, coacción, detención ilegal y otros delitos de los que se acusaba a la citada vidente, lo que en definitiva supone un triunfo para la Fundación Virgen de los Dolores y un varapalo para el colectivo demandante, que, en todo caso, ya ha anunciado su intención de recurrir. El fallo de la juez es contundente al señalar la no existencia de pruebas, por lo que ha decidido archivar la denuncia, algo que, sin embargo, no va a impedir que siga hablando de Amparo y de las apariciones, y especialmente de todas aquellas sombras y dudas que rodean a la Fundación, desde sus propiedades hasta aquellos aspectos que alcanzan incluso al terreno político. También es momento de que la Iglesia, que nunca se ha pronunciado de manera clara acerca de este tema, muestre su posición, puesto que, tres décadas después, todavía hay capítulos que permanecen sin cerrar, a pesar de la sentencia judicial que ahora se hace con el papel protagonista.