A esperar la remontada

De hecho, el conjunto de la economía mundial estaba creciendo y los casos de desaceleración se reducían a Europa y EE.UU. Por desgracia, la influencia de la crisis financiera sigue contaminando casi todas las economías y así continuarán las cosas durante un tiempo en el que, además, se irán añadiendo las consecuencias de las crisis en las empresas, no ya sólo inmobiliarias, sino de otros muchos sectores,
La consecuencia de una crisis financiera es que la gente pierde parte de su dinero o todo, si ha invertido con excesivo riesgo. El problema de la economía real es que deja a la gente sin trabajo, lo cual parece todavía peor. Ambas cosas están sucediendo en España, un país que tiene sus puntos fuertes en la construcción, el consumo interno y el turismo.

Menos el turismo, que aguanta como mejor puede, consciente de que es el petróleo de España, casi todo lo demás tiene problemas, de ahí que el paro siga disparado hasta elevar la cifra oficial de desempleados a 2,6 millones de personas, que se dice pronto, pero que detrás esconde el drama de mucha gente: cerca de 650.000 hogares tienen a todos sus miembros en el paro. Lamentablemente, las cosas no van a mejorar de inmediato, ya que para ello tendríamos que estar hablando de inversión, y ni siquiera se dispone de financiación y aún no se ha cerrado la crisis de la construcción. Cuando esto ocurre, y siempre que las restricciones financieras remitan, se podrá empezar a pensar en la remontada.