José Tomás recibe el cariño de los vecinos en un homenaje en el Teatro Jacinto Benavente

José Tomás empezó citando a Antonio Machado para hablar de los recuerdos de su infancia y adolescencia en Galapagar, y acabo recordando al médico, don Venancio (que además fue el conductor del acto en el Teatro Jacinto Benavente), a sus profesores, al Chola y las camisolas amarillas de la Peña la Casina; a Vicente Bustillo y José María Escudero; a su familia y a todos cuantos le vieron crecer en las calles de esta localidad serrana. Muchos de ellos subieron luego al escenario para hacerse una foto con el torero, que el pasado viernes brindó en Galapagar una faena cercana, emocionante, entrañable, desgranando anécdotas y recibiendo el cariño del pueblo. El teatro de La Pocilla se llenó para homenajear al mejor embajador de Galapagar: el edil de Festejos, Ángel Arias, señaló que se trataba de un merecido reconocimiento, destacando el acuerdo de todos los grupos de la Corporación; Vicente Amigo y Sara Baras apelaron a la magia y el duende de su muleta; don Venancio recordó aquel día en que José Tomás, acompañado por su madre, le dijo en la consulta, todavía siendo un niño, que quería ser torero; y finalmente fue la alcaldesa, Carmen Toledano, quien le entregó el título de Hijo Predilecto. Luego llegó el turno del torero de leyenda, el mito, el diestro que pisa terrenos inalcanzables para la mayoría, el hombre que emociona cada tarde en la plaza y consigue que día tras día se cuelgue el cartel de no hay billetes y también el chico que creció en Galapagar, que jugó al fútbol, que vivió las fiestas patronales, que sacó buenas notas en matemáticas y que finalmente, alentado por su abuelo Celestino, ha acabado siendo una de las máximas figuras en la historia de la tauromaquia. El público le brindó una calurosa ovación, que él agradeció emocionado con gesto torero, y de ahí se pasó a la antigua plaza del Jarama, que ahora ya lleva su nombre, donde recibió de nuevo el cariño de todos los vecinos.