Reflexiones
Preocupación entre los propietarios de suelo
Rosana
miércoles 22 de octubre de 2014, 11:13h
Los promotores inmobiliarios que han invertido importantes sumas de dinero para adquirir terrenos y amplias fincas en los aledaños de la Sierra del Guadarrama empiezan a estar muy nerviosos al ver cómo sus proyectos de especulación urbanística, en el mejor de los casos, se encuentran paralizados, al igual que los PGOU donde han sido incluidos. La presión que está ejerciendo Ecologistas en Acción ante la Comunidad de Madrid y más concretamente en la Consejería de Medio Ambiente, al reivindicar fuertes restricciones urbanísticas en el entorno del futuro Parque Nacional, donde ya residen más de 135.000 personas y existe suelo disponible para construir 151.000 viviendas, está haciendo efecto, y así el responsable del área de Medio Ambiente, Mariano Zabía, ya ha anunciado que hasta tanto no se apruebe el Parque Nacional del Guadarrama “ninguno de los planes de expansión que estén en elaboración o hayan sido remitidos por los ayuntamientos para su posterior aprobación van a salir adelante porque queremos el Parque Nacional y velaremos por él mientras llega”.
La sensibilidad que está generando este tema tanto en el entorno de los colectivos ecologistas como entre los vecinos de nuestra comarca, junto al hecho de que las elecciones regionales, donde Esperanza Aguirre apenas marca distancias con Simancas en las encuestas, se celebren en la primavera del próximo año, pueden ser las mejores armas para frenar los planeamientos de Los Molinos, Guadarrama, Valdemorillo y San Lorenzo de El Escorial, al menos hasta el año 2008. Esta nueva situación no entraba dentro de los planes de los promotores urbanísticos, de ahí que se hayan detectado ya algunos comportamientos un tanto nerviosos y hasta ciertas presiones en los aledaños de la Dirección General de Urbanismo de la Comunidad, donde Porto Rey va a tener que hilar muy fino para tener a todos contentos. Y al decir a todos, me estoy refiriendo a promotores y políticos, porque la mayoría de los ayuntamientos de la Sierra viven única y exclusivamente de las tasas e impuestos que recaudan a través del sector inmobiliario.