Diario digital de la Sierra Noroeste de Madrid
21 de noviembre de 2024, 23:33:45
Opinión


Racismo, Xenofobia e incivilizados

Por Jorge Molina Sanz

Todo lo que estamos viendo sobre el jugador brasileño Vinicius nos lleva a ver otras caras y aristas del poliedro.


Hoy las noticias sobre el fútbol ocupan a nuestro marino que, después del café comenta:

—Para una persona tan poco futbolera poco hay que comentar sobre este asunto, es más, seguro que erraría por el profundo desconocimiento del tema, aunque con todos los comentarios, artículos de prensa y declaraciones de políticos, incluido el comunicado conjunto de las ministras de Igualdad brasileña y la española, con nuestra inefable Irene Montero, han elevado unas incidencias que deberían haberse atajado a tiempo a la categoría de noticia internacional y fomentado una distorsionada imagen de España.

Nuestro presidente Pedro Sánchez, que hace gala de resiliencia, aunque para algunos temas demuestra ser un gran procrastinador y éste lo ha dejado que le explote en las manos por no darle importancia, en esto ha ejercido la doctrina taoísta que te invita a no actuar porque los problemas tienden a resolverse por sí mismos; aunque la práctica te demuestra que, si permaneces inactivo ante un problema pequeño puede acabar en un grave conflicto, como ha ocurrido en el caso Vinicius.

Se puede argumentar que un gobierno no debe intervenir en asuntos triviales, aunque ese es un mal cálculo, además vemos, en los últimos tiempos, que ciertas políticas y cierta laxitud permiten que se nos enquisten problemas sociales y políticos.

Interviene la joven profesora:

—Me intriga que te ocupes un tema futbolístico, aunque imagino que las acusaciones de «racismo» son las que te han inducido a abordar el tema.

Racistas y xenófobos hay en todos los países, eso en sí mismo es manejable si se tienen controlados y se abordan esos casos concretos, lo complicado es cuando desde los poderes propician ciertos comportamientos, acogiéndose a un hipotético ejercicio de la libertad Eso permite a determinados grupúsculos campar a sus anchas.

Es más, si analizamos estadísticas de organismos internacionales solventes, se rompen muchos tópicos sobre nuestro a país. Ni somos tan racistas, xenófobos, machistas o asesinos de mujeres como alguna propaganda interesada intenta adjudicarnos y que desmientes los datos.

La pregunta sería, qué se está haciendo mal para que España, en ciertos temas, esté llena de tópicos negativos y vayan en aumento. La polarización no tiene todas las respuestas.

El marino interrumpe:

—Todo lo que has comentado se puede suscribir, aunque habrá que hacer algún análisis que explique el por qué hoy en España hay algunos signos que parecen confirmar esa tendencia.

Nuestro país ha absorbido una importante inmigración de muy diversa procedencia; de los países del Este, hispanoamericanos, musulmanes o africanos y todo esto con limitados brotes de racismo o xenofobia, pero considero que estamos fallando en algunas cosas esenciales sobre integración y compromisos de cumplimiento de ciertas normas y de adaptación a nuestras costumbres y cultura.

Hasta ahí, con sus luces y sombras, hay poco que destacar, aunque muchos de los problemas se han creado desde la política. Los diecisiete planes de educación de cada CCAA, el abandono de la formación en valores y si añadimos las políticas independentistas han acabado propiciando políticas claramente xenófobas.

Esto que puede parecer exagerado, gota a gota, se percibe cada vez más. La supuesta superioridad catalana o vasca, por poner ejemplos concretos, respecto al resto de los españoles, aunque no nos guste, no deja de ser un acto xenófobo y esa polarización va en aumento.

Complementa la joven profesora:

—Ese matiz es importante que, en la distancia, pasa desapercibido, pero que afecta a personas no independentistas y que viven en esos territorios, a los que se desprecia, siendo españoles y dentro de España; a los que, por su origen e idioma, se les limitan oportunidades laborales, profesionales o educativas y eso va en aumento. La supuesta superioridad catalana o vasca, por ejemplo, es xenofobia pura y dura.

Esto se agrava con la enseñanza en los colegios, con planes de estudios distorsionando, sino eliminando, la histórica. Fomentando el desprecio y estigmatización de todos los que no hablan la pazguata lengua regional.

En toda esta política se proclama una supuesta superioridad moral o genética. Si alguien tiene alguna duda puede tirar de hemeroteca y ver las declaraciones de Xabier Arzalluz, los orígenes del PNV o los manifiestos de ETA, leer a catalanes como Jordi Pujol o Quim Torra o los orígenes fascistas y racistas de ERC.

Estamos, impasibles, favoreciendo el racismo o xenofobia.

Sumemos las burlas, chanzas y estereotipos que se hacen desde medios públicos ridiculizando a otras regiones, bajo la apariencia de programas de humorísticos.

Añadamos la laxitud por la falta de ejemplo público y de aplicación de las leyes, más el reflejo de unos políticos corruptos que aprueban leyes en su propio beneficio o claramente hacen la vista gorda ante ciertos delitos. Con todo ello se promueve a un cierto de sentimiento de impunidad.

Esto está desembocando en una sociedad bastante incivilizada, aunque se quiera revestir de «modernidad» y en eso hemos retrocedido.

Remata el marino:

—Al final hay que coincidir con Antonio Banderas, cuando no hace tanto dijo eso de «Tengo la impresión de que en 1985 Franco llevaba más tiempo muerto que ahora».

Nuestros amigos se miran, se levantan y piensan que habrá que disfrutar de la primavera.

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