Diario digital de la Sierra Noroeste de Madrid
21 de noviembre de 2024, 19:21:27
Opinión


Segregación de género

Por Jorge Molina Sanz

Las agendas ideológicas gubernamentales acaban convirtiendo la supuesta igualdad en tram-pas esperpénticas y extravagantes.


A nuestra amiga esta mañana se le notaba molesta y con el primer sorbo al café comenta:

—Con tanta manipulación del feminismo cada día me inspira más la definición que hace la RAE: «Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre» porque ese fin, noble y conveniente, veo como se está desvirtuando con toda una serie de normativas y agendas ideológicas que, lejos de acercarnos a ese ansiado objetivo, nos está alejando y creando un segregacionismo indeseable.

El problema se constata cuando esas políticas ideológicas acaban en el BOE. En ese momento nos encontramos con la paradoja de que leyes que se suponía que están formuladas para proteger a determinados colectivos y que deben contribuir a subsanar anomalías, acaban en sentido contrario, abriendo un escenario en el que se mantienen las desigualdades y se desprotegen a unos y favorecen a otros, en definitiva, ahondando en el problema con claras discriminaciones.

Todas esas incongruencias parecen más pensadas para un titular de prensa, para la propaganda, para el relato político y un propósito doctrinario, todo muy lejos de la solución del problema, en lugar de atajar incongruencias y de hacer una sociedad más justa acaban en una injusticia deliberada.

Un ejemplo mediático ha surgido con la ley del «sólo sí, es sí» de la inefable ministra de Igualdad, Irene Montero, pero cuya responsabilidad alcanza a todo el gobierno y a Pedro Sánchez que, en un primer momento intentó estar a la cabeza presumiendo de la ley, hasta que constató el fiasco y el coste electoral que le podía reportar.

Salvando situaciones muy mediáticas, en la letra pequeña de las leyes que se están proclamando se esconden incongruencias que apenas tienen cobertura en los medios de comunicación, salvo cuando desde algún colectivo se esfuerzan por darle altavoz a esa injusticia.

Este es el caso de una acción discriminatoria producida por la «Ley Orgánica de Mejora de la Protección de las Personas Huérfanas Víctimas de la Violencia de Género», impulsada por el grupo socialista y que fue aprobada en marzo de 2022. Leyendo el titular de la ley, cualquiera se solidariza con el propósito, hablamos de personas que han tenido que pasar por un drama familiar y que, en algunos caos, se deben enfrentar a una liquidación de una herencia en un mal momento y en pésimas condiciones.

El problema asoma cuando entramos en el detalle de la ley, la ley protege a los hijos cuando la víctima es una mujer, pero les descarta cuando la víctima es el hombre.

Esta exclusión quiebra un principio constitucional porque hay una clara discriminación de género. Una vez más estamos ante una legislación que lejos de proteger a todos por igual, «segrega» a unos sobre otros.

Añade el marino:

—Esto ha pasado desapercibido dentro del marasmo legislativo si no fuera por la tenacidad de Juan Carlos Valverde que, como presidente de la Federación Nacional contra el Impuesto de Sucesiones (FENCIS) ha elevado una petición de amparo ante la Comisión Europea por vulnerar «derechos fundamentarles» sobre igualdad y no discriminación que contiene nuestra Constitución.

El escrito que han remitido a Bruselas pide amparo para que se proteja de forma igualitaria a todos los afectados. Detallan que en el periodo de 2016-2018 fueron asesinadas 151 mujeres en manos de sus parejas o exparejas, pero también en ese mismo periodo fueron asesinados 22 hombres en similares condiciones.

Parece justo que la protección debería alcanzar a esos 16 menores afectados por la muerte del padre. Esos hijos también son víctimas y no tienen ninguna culpa; a la desdicha familiar le añadimos una injusta «segregación», por lo incomprensible e injusto de que la ley les excluya y que esos menores queden desprotegidos.

Interrumpe la joven profesora:

—Legislar bajo un sesgo ideológico y doctrinario acaba en desafueros y políticas «segregacionistas». Hacer esta calificación parece una desmesura, pero si nos acercamos al diccionario de la RAE nos dice que hablamos de «Separar y marginar a una persona o a un grupo de personas por motivos sociales, políticos o culturales» y eso es lo que estas políticas y legislación están haciendo.

Estas injusticias retratan a esos políticos. Pueden presumir todo lo que quieran, hablar de políticas igualitarias, de ser precursores de la justicia y de ayudar a los más débiles, aunque estos exquisitos «redentores de la humanidad», por mucho que proclamen ser la «quinta esencia» de los valores universales, lo que demuestran es incompetencia, sectarismo, maldad y adoctrinamiento.

Estos políticos y ciudadanos biempensantes que los apoyan deberían reflexionar, porque unos con sus proclamas y otros con su voto están contribuyendo a construir un país infumable, con más crispación y ausencia de valores

El marino replica:

—No hay que desanimarse por esta discriminación «segregacionista», porque seguro que escucharemos la noticia en los próximos días, en horas de máxima audiencia, en la parrilla de nuestras televisiones. Tiraremos de la ironía para no caer en la melancolía.

A pesar del sarcasmo, la cara de nuestros amigos retrata un alegato de ira contenida.

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