Diario digital de la Sierra Noroeste de Madrid
22 de noviembre de 2024, 3:19:19
Opinión


En defensa de Occidente (VII)

Por Carlos González

¿Cuál es la breve Historia de Occidente? Ya quedó explicado que dicha mentalidad, la llamada Occidental, es única. ¿Por qué es así?


Porque solo ella fue la que superó ese estado mental de postración y sumisión a las ideas mágicas sobre el entorno, y ha pasado a estudiarlo sin pudor alguno. Con mucho respeto, sí, pero sin temor a lo que se descubre y a ir recogiendo esas leyes que la propia naturaleza ha fijado. Estas son las que la rigen, y nos rigen a todos, siempre y en todo momento. Todo esto comenzó hace 2.600 años, cuando un grupo de hombres y mujeres, en distintas ciudades estado, llamadas ciudades Jónicas, tanto en la propia Atenas y otras de la Hélade -la actual Grecia- como otras varias de lo que hoy es la Anatolia Turca, a orillas del mediterráneo -pero todas ellas de lengua Griega clásica y con la misma Mitología, la de los dioses del olimpo- iniciaron un proceso por el cual dejaban de lado las prescripciones de dicho dioses, y sus caprichos, y comenzaron a estudiar las leyes que regían el mundo que les había tocado vivir. Todo ello culminó en Aristóteles de Estagira (384, 322, A.C.).

Esos pensadores comenzaron por estudiar lo más cercano y fácil de aprender, y, si bien es cierto que ya habían heredado de Sumer y Babilonia muchos conocimientos tanto de Arquitectura como de Agricultura o Medicina, se dedicaron a extender a toda la actividad humana esa forma de estudiar y recoger conocimientos más allá de las prescripciones de Brujos y Chamanes. Ellos se designaron, Filósofos, Amantes de la Sabiduría. De esa forma se preguntaron y buscaron respuestas casi absolutas acerca de qué era la materia del mundo, cuales eran sus reglas, sus partes importantes, o la relación permanente que había entre todas ellas. También se preguntaron acerca de las formas de comportamiento individual y las maneras de los gobiernos de los grupos humanos.

Por otra parte, siendo como eran ciudades autónomas, y regidas por los consejos generales de dicha ciudad, entendieron que no estaban sometidos a rey o emperador alguno, y que solo ellos, los ciudadanos mayores de edad con sus acuerdos podían, y debían, regir las cuestiones importantes de gobierno. Por eso crearon lo que ellos llamaron, La Asamblea. Esta era la única legitimada para gobernar y dictar leyes.

Es por ello que Occidente es esas dos cosas, el estudio de la Naturaleza sin magias y Mitos, y la forma de gobierno legitimada en todos los habitantes mayores de edad.

Esta forma de pensar, estudiar, extraer conocimientos objetivos y su manera de gobernarse es heredado por Roma, la cual conquista definitivamente Grecia en el 148 A.C. y la incorpora a su imperio, del que formará parte incluso mil años después de la caída de la propia Roma. Esta parte griega siguió siendo el imperio Romano de oriente hasta el 29 de mayo de 1.453 en que fue conquistado por los turcos. Pero durante la vigencia del gobierno Romano todos los profesores eran griegos y las mejores familias romanas educaban a sus vástagos en las ideas y tradiciones griegas. La propia Mitología es calcada, solo que le cambian los nombres. La mayor contribución de Roma, a esa idea y forma de pensar y estudiar, se produjo con la construcción del Panteón. En él se resume todo el pensamiento y conocimiento: Que cada ciudadano le rece al dios que quiera -eso no es importante- lo verdaderamente importante es que cumpla las leyes terrenales y sea un buen ciudadano para la convivencia de todas las personas y para el buen gobierno del estado.

Caída Roma en el 476 D.C, el Cristianismo, de mentalidad y prácticas orientales y anti occidentales, toma el poder en Occidente hasta la caída de Constantinopla, 1.453. En esos territorios es el Islam, a su vez, también antioccidental, el que domina todo el poder de esa época. Pero en Occidente, en esas fechas, ya muchos de los mejores pensadores alegan que debemos volver a Grecia y Roma, aprender de ellos y seguir con aquel planteamiento vital. A todo este movimiento se le conoce como el Renacimiento. Bien es cierto que a través del mundo Musulmán, y sus mejores pensadores, había entrado vía España y su escuela de traductores de Toledo, la lectura y análisis de los libros de Aristóteles y Platón, así como de otros muchos pensadores Griegos y Romanos, los cuales ya habían influido en los mejores pensadores religiosos de la escolástica, como al propio Tomás de Aquino, (1.225,1.274) por lo que las ideas y conocimientos de aquellos pensadores de la Hélade y de Roma ya eran muy conocidos.

Todas las guerras religiosas posteriores al Renacimiento contribuyeron a debilitar las ideas y dogmas religiosos. Los pensadores ya solo fueron laicos. La aparición de conocimientos científicos en clara oposición a los religiosos, como el proceso a Galileo Galilei, hicieron que triunfase la corriente llamada racionalista, con René Descartes e Isaac Newton a la cabeza. Desde ese momento el conocimiento ya solo fue científico, técnico, tal como los griegos iniciaron y los Romanos les seguían. Desde ese momento ya no se aceptó mas verdad que la demostrada por la vía de los hechos. Los imperios occidentales (Españoles, Portugueses, Holandeses y Británicos) no hicieron otra cosa que propagar por todo el planeta esa forma de estudiar y aprender. Desde el Siglo XVIII el único saber que se aceptó por todos los países del globo fue el conocimiento científico.

Ya no cabe duda alguna que la forma de entender la vida y las prácticas de obtención de Conocimientos que dan lugar al nacimiento de Occidente, se ha extendido por todo el globo terráqueo. No hay, hoy, otro proceso científico que el creado por Occidente.

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