Esperado, a la par que polémico, el clásico defraudó a partes iguales. La falta de puntería se convirtió en protagonista ineludible de un encuentro que, desde el primer momento, se preveía atípico. Sin embargo, el fútbol no terminó de apoderarse de un encuentro que podría haber sido histórico, de no ser porque tanto el Barça como el Real Madrid llegaron a aceptar, e incluso a conformarse, con el empate que deja a La Liga más que igualada.
El partido se había aplazado el pasado 26 de octubre, y terminó este miércoles, 18 de diciembre, con un agridulce empate, que mantiene al Barça en el liderato de la tabla por diferencia de goles, los mismos que, precisamente, echó en falta la afición en el Camp Nou y aquellos que vivieron este encuentro a otro nivel con su código promocional betjuego con la mayor intensidad.
Como se suele decir en estos casos: cuando el foco de atención del fútbol no es el propio deporte, hay “mucho ruido y pocas nueces”. Pese a la atípica seguridad y la convocatoria de concentraciones en los aledaños del estadio, lo importante no era lo que pasaba fuera del terreno de juego, o eso creían los propios jugadores.
Mientras que al conjunto de Valverde quizá le faltó concretar y, sobre todo, definición en el buen hacer de sus jugadores, el equipo de Zidane estuvo falto de verticalidad y concreción. Ambos jugaron al desgaste del contrario en unas condiciones que, si bien, debemos de reconocer que eran adversas, sobre todo para los ‘blancos’.
No faltaron tampoco reivindicaciones entre juego y juego, donde desde la grada se escuchaban gritos de “¡Libertad!” e “¡Independencia!”, completando la acción con una amalgama de cartulinas bajo el lema ‘Sit and talk’.
Si el Barcelona comenzó dominando el terreno de juego, el Madrid remontó a partir del minuto 17, algo que aplacó los ánimos de los espectadores, que comenzaban a estar más interesados por el encuentro en sí que por lo que sucedía fuera.
Messi estuvo a punto de marcar gol, aunque ya estaba ahí Sergio Ramos para coartar cualquier intento de remontada del argentino. Pese a que ambos equipos contaron con opciones más que claras de anotarse algún tanto, sobre todo el Barça después del descanso, que espabiló y consiguió levantarse, aunque sin resultados palpables.
Por recordar otras ocasiones de gol, por parte de Bale también hubo una gran oportunidad para el Real Madrid, un tiro que Benzema consiguió rematar al palo por fuera.
También hubo un tanto anulado a Bale, que encendió los ánimos del estadio, aunque la revisión confirmó que Mendy se encontraba en una posición en la que no debía de estar, dando al traste con un objetivo que se mostró inalcanzable para los de Zidane: ganar a su gran contrincante en su propia casa.
Tras unos momentos de tensión, ambos equipos parecieron conformarse con el empate. Los pitos eran ensordecedores y el olor a quemado llegaba al propio campo desde los accesos al recinto. Desde la megafonía se instaba a la gente por dónde salir para evitar los incidentes.